San Ignacio de Antioquía, Obispo, Mártir (Memoria)

octubre 17, 2012

Color: Rojo

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Gálatas 5:18-25

    18Si os dejáis conducir por el Espíritu, no estáis sujetos a la Ley.
    19Ahora bien, están claras cuáles son las obras de la carne: la fornicación, la impureza, la lujuria,
    20la idolatría, la hechicería, las enemistades, los pleitos, los celos, las iras, las riñas, las discusiones, las divisiones,
    21las envidias, las embriagueces, las orgías y cosas semejantes. Sobre ellas os prevengo, como ya os he dicho, que los que hacen esas cosas no heredarán el Reino de Dios.
    22En cambio, los frutos del Espíritu son: la caridad, el gozo, la paz, la longanimidad, la benignidad, la bondad, la fe,
    23la mansedumbre, la continencia. Contra estos frutos no hay ley.
    24Los que son de Jesucristo han crucificado su carne con sus pasiones y concupiscencias.
    25Si vivimos por el Espíritu, caminemos también según el Espíritu.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 1:1-4, 6

    1Dichoso el hombre
    que no sigue el consejo de impíos, ni se detiene en el camino de pecadores, ni toma asiento con farsantes,
    2sino que se complace en la Ley del Señor,
    y noche y día medita en su Ley.
    3Será como un árbol
    plantado al borde de la acequia, que da fruto a su tiempo, y no se marchitan sus hojas: cuanto hace prospera.
    4No así los impíos, no así.
    Son como polvo que dispersa el viento.
    6Porque el Señor vela sobre el camino de los justos,
    mientras el de los impíos acaba en perdición. 

  • Evangelio

    Lucas 11:42-46

    42Pero, ¡ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, pero despreciáis la justicia y el amor de Dios! ¡Hay que hacer esto sin descuidar lo otro!
    43»¡Ay de vosotros, fariseos, porque apetecéis los primeros asientos en las sinagogas y que os saluden en las plazas!
    44»¡Ay de vosotros, que sois como sepulcros disimulados, sobre los que pasan los hombres sin saberlo!
    45Entonces, cierto doctor de la Ley, tomando la palabra, le replica:
    —Maestro, diciendo tales cosas nos ofendes también a nosotros.
    46Pero él dijo:
    —¡Ay también de vosotros, los doctores de la Ley, porque imponéis a los hombres cargas insoportables, pero vosotros ni con uno de vuestros dedos las tocáis!

  • Primera Lectura

    Filipenses 3:17--4:1

    3
    17Hermanos, sed imitadores míos y fijaos en los que caminan según el modelo que tenéis en nosotros.
    18Porque muchos —esos de quienes con frecuencia os hablaba y os hablo ahora llorando— se comportan como enemigos de la cruz de Cristo:
    19su fin es la perdición, su dios el vientre, y su gloria la propia vergüenza, porque ponen el corazón en las cosas terrenas.
    20Pero nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo,
    21el cual transformará nuestro cuerpo vil en un cuerpo glorioso como el suyo, en virtud del poder que tiene para someter a su dominio todas las cosas.
    4
    1Por tanto, hermanos míos muy queridos y añorados, mi gozo y mi corona, ¡permaneced así, queridísimos míos, firmes en el Señor!

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-9

    2(Alef) Bendigo al Señor en todo tiempo;
    su alabanza está en mi boca de continuo.
    3(Bet) Mi alma se gloría en el Señor;
    que lo escuchen los humildes y se alegren.
    4(Guímel) Engrandeced conmigo al Señor;
    ensalcemos juntos su Nombre.
    5(Dálet) Busqué al Señor y me ha escuchado,
    me ha librado de todos mis temores.
    6(He) Miradle y brillaréis de gozo,
    vuestros rostros no se avergonzarán.
    7(Záin) Cuando el pobre invoca, el Señor le escucha,
    y lo salva de todas sus angustias.
    8(Het) El ángel del Señor se sitúa
    alrededor de los que le temen para librarlos.
    9(Tet) Gustad y ved qué bueno es el Señor,
    dichoso el hombre que se refugia en Él.

  • Evangelio

    Juan 12:24-26

    24En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto.
    25El que ama su vida la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna.
    26Si alguien me sirve, que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor. Si alguien me sirve, el Padre le honrará.