Feria

octubre 9, 2012

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Gálatas 1:13-24

    13Porque habéis oído de mi conducta anterior en el judaísmo: cómo perseguía con saña a la Iglesia de Dios y la combatía,
    14y aventajaba en el judaísmo a muchos contemporáneos de mi raza, por ser extremadamente celoso de las tradiciones de mis padres.
    15Pero cuando Dios, que me eligió desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien
    16revelar en mí a su Hijo para que le anunciara entre los gentiles, enseguida, sin pedir consejo a la carne ni a la sangre,
    17y sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles, mis predecesores, me retiré a Arabia, y de nuevo volví a Damasco.
    18Luego, tres años después, subí a Jerusalén para ver a Cefas, y permanecí a su lado quince días;
    19pero no vi a ningún otro de los apóstoles, excepto a Santiago, el hermano del Señor.
    20De lo que os escribo, Dios es testigo que no miento.
    21Después me fui a las regiones de Siria y Cilicia.
    22Por eso no me conocían personalmente las iglesias de Cristo que había en Judea.
    23Solamente habían oído decir: «El que antes nos perseguía, predica ahora la fe que en otro tiempo combatía»,
    24y glorificaban a Dios por mi causa.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 139:1-3, 13-15

    1Al maestro de coro. De David. Salmo.
    Señor, Tú me examinas y me conoces.
    2Tú sabes cuándo me siento y me levanto.
    Penetras desde lejos mis pensamientos.
    3Camine o descanse, Tú lo adviertes;
    todas mis sendas te son familiares.
    13Tú has formado mis entrañas,
    me has plasmado en el vientre de mi madre.
    14Te doy gracias porque me has hecho como un prodigio:
    tus obras son maravillosas, bien lo sabe mi alma.
    15No se te ocultaban mis huesos
    cuando en secreto iba yo siendo hecho, cuando era formado en lo profundo de la tierra.

  • Evangelio

    Lucas 10:38-42

    38Cuando iban de camino entró en cierta aldea, y una mujer que se llamaba Marta le recibió en su casa.
    39Tenía ésta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
    40Pero Marta andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo:
    —Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir? Dile entonces que me ayude.
    41Pero el Señor le respondió:
    —Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas.
    42Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada.