Santa Teresita del Niño Jesús, Virgen, Doctora de la Iglesia (Memoria)

octubre 1, 2012

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Job 1:6-22

    6Sucedió un día que vinieron los ángeles de Dios para presentarse ante el Señor, y vino también Satán entre ellos.
    7El Señor dijo a Satán:
    —¿De dónde vienes? Él respondió: —De dar vueltas por la tierra, recorriéndola entera.
    8Y le preguntó el Señor:
    —¿Te has fijado en mi siervo Job? Nadie hay como él en toda la tierra; es íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal.
    9Satán le contestó:
    —¿Acaso Job teme a Dios de balde?
    10¿No será porque Tú le rodeas con tu protección a él, a su casa y a todo lo que posee? Tú bendices las obras de sus manos y sus rebaños se multiplican por toda la tierra.
    11Bastará con extender tu mano y tocar un poco lo que posee para que te maldiga en tu cara.
    12Entonces el Señor dijo a Satán:
    —Mira, en tus manos dejo cuanto posee. Pero a él no lo toques. Y Satán salió de la presencia del Señor.
    13Un día en que los hijos y las hijas de Job comían y bebían en casa del hermano mayor,
    14se presentó ante Job un mensajero y le dijo:
    —Estaban los bueyes arando y las asnas pastando al lado,
    15cuando unos sabeos los asaltaron y se los llevaron; pasaron a cuchillo a los criados y sólo yo pude escapar para comunicártelo.
    16Estaba todavía hablando cuando llegó otro diciendo:
    —Un rayo ha caído del cielo, ha abrasado rebaños y criados, y los ha destruido. Sólo yo he podido escapar para comunicártelo.
    17Estaba todavía hablando cuando llegó otro diciendo:
    —Los caldeos divididos en tres grupos se han lanzado sobre los camellos y se los han llevado, pasando a cuchillo a los criados. Sólo yo he podido escapar para comunicártelo.
    18Estaba todavía hablando cuando llegó otro diciendo:
    —Mientras tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo en casa de su hermano mayor,
    19se levantó un viento muy fuerte del desierto y arremetió sobre las cuatro esquinas de la casa, que se derrumbó sobre los jóvenes sepultándolos. Sólo yo he podido escapar para comunicártelo.
    20Se levantó Job, se rasgó sus vestiduras, y se rapó la cabeza en señal de duelo. Luego se postró en tierra en adoración
    21y dijo:
    —Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré. El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó. Bendito sea el Nombre del Señor.
    22En todo esto Job no pecó ni cometió necedad alguna contra Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 17:1-3, 6-7

    1Oración. De David.
    Escucha, Señor, mi demanda, atiende a mi clamor, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño.
    2Que de Ti salga mi sentencia,
    que vean tus ojos lo que es recto.
    3Examina mi corazón,
    obsérvalo de noche; pruébame al fuego. No encontrarás malicia en mí;
    6Yo te invoco porque Tú me escuchas, Dios mío.
    Inclina tu oído hacia mí, escucha mis palabras.
    7Muestra tu misericordia,
    Tú que salvas de los adversarios a los que se refugian en tu diestra.

  • Evangelio

    Lucas 9:46-50

    46Les vino al pensamiento cuál de ellos sería el mayor.
    47Pero Jesús, conociendo los pensamientos de sus corazones, acercó a un niño, lo puso a su lado
    48y les dijo:
    —El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y quien me recibe a mí, recibe al que me ha enviado: pues el menor entre todos vosotros, ése es el mayor.
    49Entonces dijo Juan:
    —Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y se lo hemos prohibido, porque no viene con nosotros.
    50Y Jesús le dijo:
    —No se lo prohibáis, pues el que no está contra vosotros con vosotros está.

  • Primera Lectura

    Isaías 66:10-14

    10¡Alegraos con Jerusalén y regocijaos por ella
    cuantos la amáis; exultad de gozo con ella cuantos le hacíais duelo!
    11Pues os amamantaréis hasta saciaros
    del pecho de sus consuelos, beberéis hasta deleitaros de la ubre de su gloria.
    12Porque esto dice el Señor:
    «Mirad: Yo hago discurrir hacia ella, como un río, la paz, y, como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Os amamantaréis, seréis llevados en brazos, y acariciados sobre las rodillas.
    13Como alguien a quien su madre consuela,
    así Yo os consolaré, y en Jerusalén seréis consolados.
    14Lo veréis y se alegrará vuestro corazón,
    y vuestros huesos florecerán como la hierba. La mano del Señor se manifestará a sus siervos, y su furor, a sus enemigos».

  • Salmo Responsorial

    Salmo 131:1-3

    1Canto de las subidas. De David.
    Señor, mi corazón no se ha engreído, ni mis ojos se han alzado altivos. No he marchado en pos de grandezas, ni de portentos que me exceden.
    2He moderado y acallado mi alma
    como un niño en el regazo de su madre. Como niño satisfecho está mi alma.
    3¡Espera, Israel, en el Señor,
    desde ahora y para siempre! 

  • Evangelio

    Mateo 18:1-4

    1En aquella ocasión se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
    —¿Quién es pues el mayor en el Reino de los Cielos?
    2Entonces llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
    3y dijo:
    —En verdad os digo: si no os convertís y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos.
    4Pues todo el que se humille como este niño, ése es el mayor en el Reino de los Cielos;