Visita del Papa Benedicto XVI a Polonia
del 25 al 28 de mayo de 2006

Día 4 - 28 de mayo


Papa en Polonia: Vida eterna encierra sentido definitivo de esta vida

CRACOVIA, 28 May. 06 (ACI).- Ante dos millones de polacos reunidos en el centro de Cracovia, el Papa Benedicto XVI celebró una Eucaristía en la que recordó a los presentes que todo ser humano está llamado a la vida eterna , orientación que tiene desde la creación y que encierra el sentido definitivo de su vida .

El Santo Padre meditó sobre la interrogante "Hombres de Galilea, ¿por qué miráis al cielo?" afirmando que "bajo esta pregunta está encerrada la verdad fundamental sobre la vida y sobre el destino del hombre".

Sobre la realidad terrena dijo: "Estamos sobre la tierra, porque el Creador nos ha puesto aquí como coronación de la obra de la creación. El omnipotente Dios, conformemente a su infalible plan de amor , creó el cosmos, lo creó de la nada. Y tras haber realizado esta obra, llamó a la existencia al hombre, creado a su imagen y semejanza. Le agregó la dignidad del hijo de Dios y la inmortalidad."

Haciendo referencia al pecado afirmó que "sabemos que Dios mismo no se resignó a una situación y entró directamente en la historia del hombre y ésta se convirtió en historia de salvación".

"Aquí experimentamos la fatiga de los viandantes en camino hacia la meta a lo largo de calles obstaculizadas, entre dudas, tensiones, incertidumbres, mas también en la profunda conciencia que antes o después este camino llegará a su fin ", destacó el Santo Padre.

Llegado a este punto, el Pontífice inició la meditación sobre la segunda parte de la reflexión: "¿Por qué miráis al cielo? Estamos llamados, permaneciendo en la tierra, a mirar el cielo, a orientar la atención, el pensamiento y el corazón hacia el infalible misterio de Dios. Estamos llamados a mirar en la dirección de la realidad divina, hacia la cual el hombre está orientado desde la creación. Ahí está encerrado el sentido definitivo de nuestra vida ".

Tras recordar al Siervo de Dios Juan Pablo II, el Pontífice confesó haber venido "a Polonia y a Cracovia por una necesidad del corazón, como peregrino sobre las huellas de mi Predecesor".

Más adelante profundizó sobre la importancia de la fe, una fe que "es un acto humano muy personal, que nos realiza en dos dimensiones. Creer quiere decir antes que nada aceptar como verdad aquello que nuestra mente no comprende hasta el final . Hay que aceptar aquello que Dios nos revela sobre mí mismo, sobre nosotros mismos y sobre la realidad que nos rodea, también aquella invisible, infalible, inimaginable".

"Un consentimiento a tal limitación de la razón no se concede fácilmente. Y es justamente aquí que la fe se manifiesta en su segunda dimensión: aquella de confiarse a una persona, no a una persona ordinaria sino a Cristo. Es importante aquello que creemos, pero aún más importante es aquél a quien creemos ", manifestó el Papa.

Finalmente exhortó a los polacos presentes, citando a Juan Pablo II, a " ser fuertes en la fuerza de la fe , de la esperanza, de la caridad, conciente, madura, responsable, que nos ayuda a establecer el gran diálogo con el hombre y con el mundo".


Santo Padre a polacos: Déjense guiar por misericordia, solidaridad y dedicación al bien común

CRACOVIA, 28 May. 06 (ACI).- En su discurso de despedida, el Papa Benedicto XVI exhortó a los polacos a "dejarse guiar siempre por los sentimientos de la misericordia, solidaridad fraterna y dedicación al bien común ", luego del saludo del Presidente de Polonia, Lech Kaczynski.

Aproximadamente a las 19:30, el Santo Padre inició su discurso. "Quisiera terminar mi visita con las palabras del apóstol San Pablo que han acompañado mi peregrinar por territorio polaco: 'Velad, manteneos firmes en la fe , sed hombres, sed fuertes. Haced todo con amor'. (1 Cor 16:13-14). ¡Mi bendición para todos ustedes!", expresó.

"Ha llegado el momento de despedirme de Polonia. Por cuatro días he estado en su país como peregrino, visitando lugares de particular importancia para su identidad histórica y espiritual : Varsovia, Jasna Góra, Cracovia, Wadowice, Kalwaria Zebrzydowska, Lagiewniki, Oswiecim. ¡Cuántas cosas evocan estos nombres! ¡Qué gran significado tienen para los polacos!", prosiguió Benedicto XVI.

"Cuando tuvo que dejar su tierra natal por última vez hace cuatro años -prosiguió el Pontífice- mi amado predecesor, el Papa Juan Pablo II, exhortó a la nación polaca a dejarse guiar siempre por los sentimientos de la misericordia, solidaridad fraterna y dedicación al bien común".

"También expresó la firme convicción que así esta nación no sólo encontraría su lugar adecuado en medio de Europa unida sino que enriquecería este continente y el mundo entero con su tradición . Hoy, mientras se consolida su presencia en la familia de los estados europeos, deseo con todo mi corazón repetir esas palabras de esperanza. Les pido que sean fieles guardianes del depósito cristiano y que lo transmitan a las futuras generaciones", agregó.

Luego de manifestar que este viaje lo ha acercado al pueblo polaco , el Santo Padre agradeció las "oraciones con las que me han rodeado al momento de mi elección. Les pido que sigan rezando por mí para que Dios me dé fuerzas para seguir al servicio de la Iglesia universal".

Finalmente, el Papa agradeció "al Presidente polaco y al Episcopado del país por la invitación", así como a las autoridades, los medios de comunicación, las fuerzas del orden y el personal de salud, que colaboraron para que el viaje sea un éxito.

Benedicto XVI pide a jóvenes polacos librarse de ilusiones mundanas

CRACOVIA, 28 May. 06 (ACI).- El Papa Benedicto XVI se despidió de la multitud que lo acompañó en la Misa final de su visita a Polonia presidiendo la oración del Regina Caeli. En su meditación agradeció por los días pasados en este país y exhortó a los jóvenes a ser fieles a su promesa de verse libres de ilusiones mundanas , como la droga .

Tras haber celebrado ante miles de fieles la Santa Misa, el Santo Padre rezó con los presentes el Regina Caeli y confió "a todos vosotros a la Madre del Redentor y le pido que os guíe en la fe. Os agradezco por la presencia y por el testimonio de vuestra fe".

Continuó manifestando su alegría y agradeció a " la juventud, que ayer ha expresado su unión con Cristo y con la Iglesia".

Haciendo referencia al libro que recibió ayer, titulado: "No la tomo, soy libre de la droga", pidió "como padre: sed fieles a esta palabra. Aquí se trata de vuestra vida y de vuestra libertad . No os dejéis subyugar por las ilusiones de este mundo".


Desde Auschwitz, Benedicto XVI pide la reconciliación del mundo que sufre

AUSCHWITZ, 28 May. 06 (ACI).- El Papa Benedicto XVI cerró su viaje a Polonia con una visita al campo de concentración de Auschwitz donde pidió a Dios la reconciliación "para todos aquellos que, en esta hora de nuestra historia, sufren en nuevas formas el poder del odio y la violencia que el odio engendra".

En la solemne y silente ceremonia, el Papa rezó y ofreció un cirio encendido por los millones de judíos y católicos que perecieron aquí durante la persecución nazi.

El Papa aseguró que el motivo de su visita de hoy es "implorar la gracia de la reconciliación, ante todo de Dios, que puede abrir y purificar nuestros corazones , de los hombres y mujeres que sufrieron aquí y finalmente la gracia de la reconciliación para todos aquellos que, en esta hora de nuestra historia, sufren en nuevas formas el poder del odio y la violencia que el odio engendra".

Según el Pontífice, "hablar en este lugar de horror, en este lugar donde se cometieron crímenes masivos sin precedentes contra Dios y el hombre, es casi imposible y es particularmente difícil y problemático para un cristiano, para un Papa de Alemania. En un lugar como éste, las palabras fallan; al final, sólo puede haber un silencio seco, un silencio que en sí mismo es un grito de corazón a Dios : ¿Por qué, Señor, permaneciste en silencio? ¿Cómo pudiste tolerar esto? En silencio, entonces, inclinamos nuestras cabezas ante la fila infinita de aquellos que sufrieron y que fueron muertos; que nuestro silencio se convierta en una plegaria por el perdón y la reconciliación , una plegaria al Dios viviente para que no permita que esto ocurra de nuevo".

El Pontífice recordó la visita que su antecesor Juan Pablo II hizo a Auschwitz en 1979, quien "llegó aquí como el hijo de un pueblo que, junto con el pueblo judío, fue el que más sufrió en este lugar, y en general, durante la guerra".

Benedicto XVI aseguró que " no podía dejar de venir . Tenía que venir. Para mí es un deber ante la verdad y una deuda justa hacia todos los que sufrieron aquí, un deber ante Dios , venir aquí como el sucesor del Papa Juan Pablo II y un hijo del pueblo alemán, un hijo del pueblo del cual un grupo criminal llegó al poder con falsas promesas de grandeza futura y la recuperación del honor de la nación, prominencia y prosperidad, como también a través del terror y la intimidación , con el resultado de que nuestro pueblo fue usado y abusado como un instrumento de su sed de destrucción y poder".

"¡Cuántas preguntas surgen en este lugar! Constantemente surge la misma interrogante: ¿Dónde estuvo Dios en esos días? ¿ Por qué estuvo en silencio ? ¿Cómo pudo permitir esta masacre sin fin, este triunfo del mal?", indicó el Papa.

"No podemos ver claramente el plan misterioso de Dios, sólo vemos hechos aislados, y nos equivocaríamos al ponernos como jueces de Dios y la historia. Así no defenderíamos al hombre sino que contribuiríamos a su perdición. No, cuando todo está dicho y hecho, debemos seguir gritando con humildad e insistencia a Dios: ¡Levántate! ¡No te olvides de la humanidad, tu criatura!", explicó.

"Nuestro grito a Dios tiene que ser al mismo tiempo un grito que penetra en nuestro mismo corazón para que despierte en nosotros la presencia escondida de Dios, para que el poder que ha depositado en nuestros corazones no quede cubierto o sofocado en nosotros por el fango del egoísmo, por el miedo de los hombres, por la indiferencia y el oportunismo", agregó.

El Papa consideró particularmente necesario elevar este grito a Dios en el momento actual , cuando "parecen surgir nuevamente en los corazones de los hombres todas las fuerzas oscuras: por una parte, el abuso del nombre de Dios para justificar una violencia ciega contra personas inocentes; y por otra, el cinismo que no reconoce a Dios y que escarnece la fe en Él".

"Gritamos a Dios para que lleve a los hombres a arrepentirse y a reconocer que la violencia no crea paz , sino que más bien suscita más violencia, un círculo de destrucción en el que a fin de cuentas todos pierden", concluyó.


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