Diversos cuestionamientos han surgido sobre dos fundaciones de Estados Unidos que han invertido más de tres millones de dólares en promoción del aborto, activismo LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transexuales), y grupos legales para empujar el mensaje de que las exenciones por motivos religiosos son “antiamericanas” y un abuso de la libertad.
Cerca de la frontera de Líbano y Siria, dos religiosas forman parte del personal del centro de servicio a refugiados que trabaja para dar alivio –y esperanza– a miles que han huido del conflicto armado de Siria.