Tras la Misa que presidió en Ciudad Juárez junto a la frontera con Estados Unidos, el Papa Francisco se dirigió en el papamóvil al aeropuerto Abraham González para tomar el avión que lo llevará a Roma.
Al final de la Eucaristía, el Santo Padre se despidió de los mexicanos con unas sentidas palabras en las que afirmó que "México es una sorpresa".
En el aeropuerto lo despidieron al Pontífice el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa Angélica Rivera.