Una consideración que también se recoge en la Instrucción "Dignitas Personae" de la Congregación para la Doctrina de la Fe en donde se habla de las razones de particular gravedad que podrían ser moralmente proporcionadas para justificar el uso de ese "material biológico", como la salud de los niños, "que podría autorizar a sus padres a utilizar una vacuna elaborada con líneas celulares de origen ilícito, quedando en pie el deber de expresar su desacuerdo al respecto y de pedir que los sistemas sanitarios pongan a disposición otros tipos de vacunas".
Dado el caso de que sólo pudieran utilizarse vacunas de origen inmoral, Mons. Munilla subraya que en esa hipotética situación, "sería importante que quienes se ven obligados al recurso a estas vacunas de origen inmoral, hiciesen oír su voz, manifestando su desacuerdo con la utilización de los cadáveres de abortos, y reivindicando la alternativa ética".
En relación con la responsabilidad dentro de las empresas que producen estas vacunas, el documento "Dignitas Personae" recuerda que no es idéntica la responsabilidad de quienes "deciden la orientación de la producción y la de aquellos que no tienen poder de decisión".
"La licitud del recurso a estas vacunas por parte de los usuarios en el caso extremo referido, no se interpreta como una declaración de licitud de su producción y comercialización, la cual seguiría siendo gravemente inmoral", subrayó Mons. Munilla.