El Papa Francisco ha manifestado recientemente la aflicción de una fuerte gripe, lo que ha despertado temores en algunos fieles sobre si podrá el Santo Padre hacer frente a la cargada agenda vaticana de celebraciones en Navidad.
"Les pido perdón por no hablar en pie, pero desde hace algunos días tengo gripe y no me siento muy fuerte. Con su permiso, les hablo sentado", dijo el Santo Padre a la Curia Romana en su audiencia del 21 de diciembre. Una disculpa similar expresaría esa mañana a los empleados del Vaticano.
¿Pero la agenda del Papa Francisco –que ha soportado agotadoras jornadas durante sus viajes apostólicos a América Latina, Estados Unidos y África– se podría ver afectada por una gripe?