El Beato Juan XXIII será canonizado el próximo 27 de abril a pesar de no existir un segundo milagro atribuido a su intercesión. Este detalle no ha pasado desapercibido por sectores católicos, sin embargo el teólogo jesuita Padre Peter Gumpel, explica que no debe sorprender porque siempre hay excepciones.

El P. Gumpel, de nacionalidad alemana, es experto en procesos de canonización y derecho canónico en esta materia, además es el relator de la Causa del Papa Pío XII, el Pontífice que sentó las bases del Concilio Vaticano II y salvó de morir a unos 800 mil judíos.

Según explicó en una entrevista concedida a ACI Prensa en Roma, "la Biblia no habla de este requisito. El milagro es una ley eclesiástica y positiva dada por algunos Papas en el pasado, pero el Papa está por encima de eso y si él decide que debe hacerlo, está en su derecho".

El Papa Francisco es el sucesor de San Pedro, "es una persona responsable. Y si quiere hacerlo está bien", añadió.

Según el Evangelio según San Mateo, Jesús dijo al apóstol San Pedro: "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ates en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desates en la tierra será desatado en el cielo".

Además, según el derecho canónico se puede declarar santa a una persona en base a otros elementos y motivos que pueden sustituir un milagro científica y teológicamente demostrado.

El experto señaló que la canonización de Juan XXIII será una canonización pro gratia, por la gracia, aprobada por el Papa Francisco, ya que la fama de Santidad de Papa Roncalli es mundialmente conocida; muchos le conocen como el "Papa bueno".

Durante los años del Concilio Ecuménico Vaticano II, un día después de la muerte de Juan XXIII, numerosos padres conciliares proclamaron públicamente el deseo colectivo de elevar a Roncalli a la Gloria de los Altares sin necesidad de la aprobación de un milagro e incluso, como acto del mismo Concilio.

El Beato Juan Pablo II presidió la ceremonia de beatificación de Juan XXIII en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. El milagro aprobado para su beatificación fue la sanación milagrosa de una gastritis ulcerosa hemorrágica de la religiosa italiana Sor Caterina Capitani en el año 1966.