Durante la Segunda Guerra Mundial estuvo en contra de la política nazi hacia los judíos y animaba a sus fieles a tratarlos bien, tal como lo menciona en una carta pastoral escrita en 1942. También alentó a sus sacerdotes y abades locales a refugiar a los judíos. En esta labor fue ayudado por su hermano, el Beato Klymentiy Sheptysky, archimandrita de monjes estuditas de la Iglesia greco-católica ucraniana.
Además usó sus recursos para crear una clínica gratuita y ayudar a las víctimas de la guerra.
En julio de 2015 el Papa Francisco autorizó el decreto que reconoce sus virtudes heroicas.
7.- Florencia: las Hermanas Siervas de María Santísima Dolorosa
En otoño de 1943, Magdalena Cei, la superiora del convento de las Hermanas Siervas de María Santísima Dolorosa acogió y escondió a 12 niñas judías que huían de la persecución nazi en Polonia, Bélgica y Francia.
Este gesto fue una respuesta al llamado que hizo el entonces Cardenal de Florencia, Mons. Elia Dalla Costa, de proteger y acoger a los judíos. Terminada la guerra casi todas las niñas se reencontraron con sus padres, menos dos. El 13 de enero de 2016 el convento fue reconocido como "Casa de la Vida" por la Fundación internacional Raoul Wallenberg.
También te puede interesar: