26 de noviembre de 2020 / 03:23 PM
Bielorrusia se encuentra en una inestabilidad política y social tras las elecciones del 9 de agosto en las que resultó reelegido el presidente Aleksandr Lukashenko, en el cargo desde el año 1994, y que hace poco abogó por nacionalizar la Iglesia en el país.
Los grupos opositores denunciaron la manipulación de las elecciones y, desde entonces, se repiten las manifestaciones de protesta contra el presidente.
En ese contexto, el gobierno de Lukashenko inició una deriva autoritaria que busca restringir aún más las libertades ciudadanas para ahogar los grupos de protesta. En esa estrategia, ha iniciado también una campaña contra las autoridades religiosas y, en particular, de la Iglesia católica en el país.