22 de diciembre de 2016 / 09:55 AM
El Papa Francisco precisó esta mañana que la reforma que está realizando en el Vaticano no tiene una finalidad estética y no puede entenderse como "una especie de lifting" o de cirugía plástica para quitar las arrugas de la Curia.
En su saludo por Navidad a los miembros de la Curia Romana, el Papa resaltó "aquí con fuerza que la reforma no es un fin en sí misma, sino que es un proceso de crecimiento y sobre todo de conversión".
"La reforma no tiene una finalidad estética, como si se quisiera hacer que la Curia fuera más bonita; ni puede entenderse como una especie de lifting, de maquillaje o un cosmético para embellecer el viejo cuerpo de la Curia, y ni siquiera como una operación de cirugía plástica para quitarle las arrugas".