Hace cuatro años en el pequeño pueblo español de Borja hubo un caso que algunos consideraron era vandalismo artístico, cuando en realidad no fue sino un desafortunado intento de restauración.
Cecilia Giménez, una anciana de 80 años, fue la autora de un bienintencionado, pero lamentable intento de restauración del Ecce Homo, un fresco desgastado de la iglesia de Nuestra Señora de la Misericordia de Borja que muestra a Jesús con una túnica y la corona de espinas, mirando al cielo en agonía, antes de ser clavado en la cruz.
Luego del retoque de Giménez, la pintura lució casi más como un mono u hombre lobo, con rasgos deformes y difusos.