En la iconografía cristiana son muchas las imágenes que representan a San José como una persona mayor y sosteniendo una vara con flores. Esto se debe a una antigua historia sobre su elección para ser el santo esposo de la Virgen María.
Los relatos sobre la elección de San José como pareja de María se leen en algunos textos que se conocen como apócrifos. Se trata de escritos de los primeros siglos del cristianismo, que aunque no son verdades de fe y por tanto no forman parte del canon bíblico ofrecen algunos detalles piadosos y datos que la tradición de la Iglesia ha recogido.
En el "Protoevangelio de Santiago" (apócrifo del siglo II), que el Vaticano toma como referencia, se cuenta que cuando la Virgen llegó a los 12 años un ángel se le apareció al "Gran Sacerdote" Zacarías en el lugar más sagrado del templo y le dijo: