11 de abril de 2016 / 10:16 AM
En la Misa que presidió esta mañana en la Casa Santa Marta donde reside, el Papa Francisco alentó a superar la insensatez y la dureza del corazón que impide comprender y abrirse a la Palabra de Dios.
El Pontífice centró su reflexión partiendo de la primera lectura, tomada del Libro de los Hechos de los Apóstoles, según la cual los doctores de la ley acusan a Esteban con calumnias porque no logran "resistir a la sabiduría y al espíritu" con que habla. Instigan a falsos testigos para que digan que han oído "pronunciar palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios".
Esteban termina como todos los profetas, termina como Jesús. Y esto se repite en la historia de la Iglesia: "la historia nos habla de tanta gente que es asesinada, juzgada, si bien era inocente: juzgada con la Palabra de Dios, contra la Palabra de Dios. Pensemos en la caza de brujas o en Santa Juana de Arco, en tantos otros que son quemados, condenados, porque no se adaptaron, según los jueces, a la Palabra de Dios".