Este mundo que vive una guerra "a pedazos" necesita el signo de esperanza de la fraternidad, afirmó este miércoles el Papa Francisco al presidir su primera Audiencia General luego de una pausa de un mes y tras su viaje a Polonia, del que recordó la amistad que vivieron los cientos de miles de jóvenes que ondeaban sus banderas, incluyendo las de aquellos países actualmente en conflicto.
Desde el Aula Pablo VI, el Pontífice destacó que la JMJ Cracovia 2016 coincidió con los 25 años de "aquella histórica celebrada en Czestochowa (en 1991) poco después de la caída de la 'cortina de hierro'" en 1989 y que marcó el fin del comunismo en Europa.
"En estos 25 años, Polonia ha cambiado, ha cambiado Europa y ha cambiado el mundo, y esta JMJ se ha convertido en un signo profético para Polonia, para Europa y para el mundo", afirmó.