Durante la homilía de la Misa celebrada en la Casa Santa Marta el Papa Francisco afirmó que el camino de la vocación cristiana no es fácil, y que ante las previsibles caídas, los pecados, las desobediencias, hay que dejarse llevar por la misericordia de Dios, hay que dejarse "misericordiar".
El Santo Padre explicó que "a lo largo de la historia de la Salvación, los dones y las llamadas de Dios a su pueblo son irrevocables porque Dios es fiel. Por ello, también es irrevocable el don de la elección, de la promesa y de la Alianza".
"Cada uno de nosotros ha sido elegido, elegido por Dios. Cada uno de nosotros es portador de la promesa del Señor: 'Camina en mi presencia, sé irreprochable y yo te daré todo esto'. Y cada uno de nosotros establece esa Alianza con el Señor. Pero somos libres, la puedes hacer si tienes voluntad".