En su mensaje a los ciudadanos y a la comunidad católica reunida en la isla de Lesbos, el Papa Francisco expresó su admiración y su gratitud al pueblo griego por acoger a miles de refugiados de Medio Oriente, a pesar de la dura crisis económica que atraviesa.
"Desde que Lesbos se ha convertido en un lugar de llegada para muchos emigrantes en busca de paz y dignidad, he tenido el deseo de venir aquí", dijo Francisco, agradeciendo a Dios, a las autoridades civiles de Grecia, al Patriarca Ecuménico de Constantinopla (Turquía), Bartolomé I, y al Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Jerónimo II.
"Quisiera expresar mi admiración por el pueblo griego que, a pesar de las graves dificultades que tiene que afrontar, ha sabido mantener abierto su corazón y sus puertas", dijo Francisco.