Casi cuatro meses después de que un incendio destruyera el techo de la Catedral Notre-Dame de París (Francia), un arquitecto advirtió que aún existe riesgo de que el edificio se derrumbe como consecuencia de la ola de calor que azota al país.
Francia, y la mayor parte de Europa, se encuentra en medio de una ola de calor sin precedentes. El jueves 25 de julio las temperaturas alcanzaron los 42.6 centígrados en París, la más alta registrada en toda su historia.
A Philippe Villeneueve, el principal arquitecto de la catedral, le preocupa que la ola de calor parisina, combinada con el daño producido por el agua que se usó para extinguir los incendios, pueda causar un desastre en las bóvedas de la catedral.