"Nos falta el Salvador para fijar los horizontes, estrellas de perdón, de respeto, de camino que construye una sociedad preocupada particularmente por los más desposeídos, los que menos tienen. Esto no es mágico. Necesitamos conversión del corazón".
"Que el Señor a través de esta Eucaristía y en la Fiesta de la Epifanía, ante esta Iglesia destruida, no nos haga perder nunca el deseo de tener un Salvador para poder reconstruir nuestra sociedad en la justicia, en la paz y el derecho", sostuvo.
La Misa fue concelebrada por el Nuncio Apostólico en Chile, Mons. Alberto Ortega; el Arzobispo de Santiago, Mons. Celestino Aós; el Arzobispo Emérito de Antofagasta, Mons. Pablo Lizama y el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli.
También participó el general director de Carabineros, general Mario Rozas, acompañado por autoridades institucionales, delegaciones de las fuerzas armadas y efectivos policiales junto a sus familias, amigos y vecinos.