En su carta pastoral, Mons. Reig Pla denunció que el gobierno, para conseguir un puesto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, estaba dispuesto - como revela el documento- a, entre otras, "continuar impulsando el pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de niñas y mujeres en condiciones de igualdad y no discriminación por razón de género, incluidos los derechos de salud sexual y reproductiva", y "continuar promoviendo el pleno disfrute y ejercicio de derechos por parte de personas gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) y la eliminación de todas las formas de discriminación".
Mons. Reig Pla afirma que "poniendo siempre por delante el amor, el respeto y el aprecio a todas las personas, sea cual sea su condición, es necesario desenmascarar las ideologías que engañan manipulando el lenguaje".
Mons. Reig Pla condenó "con firmeza cualquier tipo de violencia contra niñas y mujeres y toda discriminación injusta". Sin embargo, advirtió que bajo el lenguaje citado en "las prioridades", España cede a promover "la anticoncepción desde niñas", el aborto libre, la manipulación de embriones, "la promoción de la masturbación, con programas ya desde 0 a 4 años", "la educación sexual obligatoria (teoría y práctica) de menores, por parte del Estado y según la perspectiva de la ideología de género, incluso contra la voluntad expresa de los padres", así como la disminución de la edad legal de consentimiento para tener relaciones sexuales que en España está en los 13 años y la "apertura a la sexualidad 'intergeneracional'".