"Si volviera a tener que definir mi vida, volvería a ser sacerdote", fueron las palabras del Arzobispo de Santa Fe (Argentina), Mons. José María Arancedo, al celebrar sus 30 años como obispo y las bodas de oro de su ordenación presbiteral.
Con una Eucaristía el viernes 16 de marzo, en la catedral marplatense, Mons. Arancedo celebró un nuevo aniversario en compañía del Obispo de Mar de Plata, Mons. Gabriel Mestre, y parte del clero diocesano, además de numerosos fieles.
En su homilía, el Arzobispo recordó que antes de llegar a Santa Fe, pasó 4 años como Obispo de Mar de Plata y señaló que esta "fue mi primera diócesis, que me ha marcado con su riqueza, historia, personas y camino pastoral, especialmente junto a mis queridos sacerdotes y seminaristas, como la amistad y el compromiso de muchos laicos y religiosos".