Mons. Henryk Hoser, enviado especial del Papa para la parroquia y el santuario de Medjugorje (Bosnia y Herzegovina), falleció el pasado martes 10 de agosto en Varsovia (Polonia), aunque la Conferencia Episcopal Polaca no difundió la noticia hasta el viernes 13 de agosto.
El Arzobispo polaco falleció a los 78 años tras enfermar de COVID 19. El prelado también estaba enfermo de malaria y, aunque su estado era grave, confiaba en recuperarse y regresar al santuario de Medjugorje tras su convalecencia.
Sin embargo, su estado de salud empeoró repentinamente por lo que debió ser ingresado de nuevo en el hospital de la capital polaca el martes pasado, donde falleció horas después.