También recordó lo mucho que las familias deben a los que les precedieron, a los antepasados, que "son la memoria permanente que nos debe motivar a poner la sabiduría del corazón, y no solo la técnica, en la creación de iniciativas sobre la familia y para la familia. Ellos son la memoria, y las nuevas generaciones son la responsabilidad que tenemos ante nosotros".
"El servicio a la sacralidad de la vida se concreta en la alianza entre generaciones; se concreta en el servicio a todos, especialmente a los más necesitados, a las personas con discapacidades, a los huérfanos".
Se concreta, también, "en la solidaridad con los migrantes; en el paciente arte de educar que ve a cada joven como un sujeto digno de todo el amor familiar; en el derecho a la vida del nasciturus que todavía no tiene voz; y en condiciones de vida dignas para los ancianos".
El Santo Padre también animó a "desarrollar con creatividad nuevos métodos y estrategias con el fin de que la familia pueda ejercitar, tanto en el ámbito eclesial como en el civil, la triple misión de sostenimiento de las nuevas generaciones, de acompañamiento en el camino, tantas veces accidentado, de la vida, y de la guía que muestran las referencias de los valores y del significado en el camino de cada día".