En una soleada mañana en el Vaticano y ante una Plaza de San Pedro abarrotada, entre quienes estaban unos 40 mil adultos mayores, el Papa Francisco presidió el Encuentro con los ancianos y abuelos a quienes alentó a custodiar y transmitir la fe, y a luchar contra la cultura del descarte del mundo actual.
En el evento en el que participó el Sumo Pontífice Emérito, Benedicto XVI, y en el que dieron su testimonio diversos ancianos que logró huir de la persecución del Estado Islámico en Irak, el Papa Francisco resaltó que "la vejez, de forma particular, es un tiempo de gracia, en el que el Señor nos renueva su llamado: nos llama a custodiar y transmitir la fe, nos llama a orar, especialmente a interceder; nos llama a estar cerca de los necesitados".
En un ambiente de fiesta en el que también participó el tenor italiano Andrea Bocelli, el Santo Padre resaltó asimismo que "los ancianos, los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capacidad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!"