Marguerite Barankitse es el nombre de una refugiada de Burundi que vive actualmente en Rwanda adonde llegó huyendo de la persecución en su país. En el encuentro ecuménico en el Malmo Arena en Suecia, esta madre cristiana pidió a los presentes compartir su "locura" del amor por los más vulnerables lo que generó la alegría del Papa Francisco.
Barankitse compartió su dolorosa experiencia ya que Burundi sufrió "muchas masacres desde 1962".
"Como madre y cristiana, decidí rechazar esa situación y decidí crear en 1993 una asociación 'Casa de paz' para recibir a todos los niños que sufren, pero todos me decían "¿estás loca? ¿Qué estás haciendo? No tienes dinero".