La Iglesia tiene que unirse en ayuno y oración por la liberación de Cuba, dice sacerdote

La Iglesia tiene que unirse en ayuno y oración por la liberación de Cuba, dice sacerdote
P. Bladimir Navarro. Crédito: Captura de video de Facebook de la entrevista realizada al P. Navarro por el programa "Sexto Continente" de la Radio Católica Online TV.

Un sacerdote cubano llamó a sus compatriotas a hacer ayuno y rezar para acompañar y llevar esperanza a las familias que sufren en la isla, y pedir a Dios que los libre del mal que ha dañado moralmente a la sociedad e intenta dividir a los católicos.

En el programa Sexto Continente de la Radio Católica Online TV, el sacerdote cubano P. Bladimir Navarro Lorenzo, que sirve en Madrid (España), se refirió a la difícil situación que afronta Cuba en medio de protestas contra el régimen comunista; y habló sobre su iniciativa "Rosario por Cuba" que buscó pedir a Dios que ponga fin al comunismo.

Recientemente, plataformas cívicas cubanas llamaron a los ciudadanos a unirse a una nueva manifestación pacífica el 15 de noviembre, que busca repetir las multitudinarias, pacíficas e históricas marchas del 11 de julio.

El 11 de julio, una multitud de cubanos alzaron la voz por primera vez en décadas para exigir el fin de la dictadura comunista instaurada en la isla por el fallecido Fidel Castro hace 62 años. Lamentablemente, las protestas pacíficas fueron reprimidas violentamente por el régimen que actualmente encabeza Miguel Díaz-Canel, y resultaron varios heridos y encarcelados.

El P. Navarro señaló que la iniciativa un "Rosario por Cuba" nació por iniciativa de un grupo de cubanos que radican en Europa y que durante la primera ola de la pandemia del COVID-1, se reunieron con él para celebrar la Eucaristía y Semana Santa.

Relató que tras las protestas del 11 de julio, su grupo vio que la situación en Cuba se agravó políticamente y económicamente; por eso, juntos decidieron empezar a reunirse cada sábado para rezar por la isla y así expresar su cercanía a sus compatriotas. El sacerdote recordó que en los encuentros "se transmite la alegría y la esperanza que muchas veces se nos va".

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Luego, animados por la convocatoria del grupo Cristianos Cubanos en Comunión (C3), conformado por laicos, sacerdotes católicos y pastores evangélicos, quienes llamaron a rezar y ayunar por Cuba el 10 de octubre, decidieron lanzar un "Rosario por Cuba".

Señaló que el encuentro se realizó el 10 de octubre virtualmente y que la jornada inició con un rezo dirigido desde Chile; luego, hubo una adoración Eucarística desde España y Polonia; y en la noche se clausuró el evento "con una canción a la Virgen María". "Nos unimos a cantar a la Virgen de la Caridad y fueron dos horas de alegría y de esperanza", señaló.

"La experiencia ha sido impresionante, porque nos hemos reunido de diferentes sitios para rezar […] y decirle a la Iglesia cubana de que no están solos […]. Hay mucha gente en diferentes lugares del mundo que estamos unidos a ustedes en la oración, que es una fuerza muy grande", dijo.

El P. Navarro destacó que si bien es bueno la acción, también es muy importante la oración, porque esta "nos une y nos ayuda a ver mejor la realidad" y "contribuye muchísimo a un posible cambio en Cuba". Explicó que durante los rezos que realizan siempre hay una persona que cuenta la situación de Cuba y a partir de ello, reflexionan y rezan.

Al respecto, recordó las palabras que Jesús dijo en el Evangelio: "Hay espíritus malos que solo se vencen con oración y ayuno", y afirmó que ante la situación que afronta Cuba, "la iglesia tiene que unirse en oración y ayuno por la liberación del pueblo cubano".

"Frente a la imposibilidad de los discípulos de hacer algunos milagros y vencer algunos demonios, Jesucristo dijo 'oración y ayuno'; y para nadie es un secreto que Cuba está viviendo ahora y desde hace muchos años, muchos espíritus malos, y el peor es una dictadura, una ideología comunista, marxista que ha palmado la conciencia del pueblo cubano", dijo.

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El sacerdote, que también es estudiante de Teología Moral, explicó que "el peor espíritu malo que hay en Cuba es el daño antropológico", que es "el daño humano" que "durante más de 60 años ha generado el marxismo en Cuba". "Eso es lo que hace cualquier tipo de ideología, dañar al hombre desde adentro, acabar con la humanidad del hombre, con su dignidad, con sus derechos", agregó.

Para "resolver ese daño antropológico o rescatar [y restaurar] a ese sujeto moral [tan dañado por una ideología], la Iglesia en Cuba tiene que apostar por la oración", ayuno y acompañamiento, dijo.

Ante el lema de la jornada "La caridad nos une", el P. Bladimir dijo que el problema más frecuente en la isla "ahora es la división", y recordó que el mal del comunismo busca dividir para vencer al pueblo de Cuba, incluidos los católicos. El diablo es "el que divide" y "no podemos darle ese gusto", dijo.

"Qué triste sería que por tener criterios diferentes nos dividamos y yo creo que el mal lo está haciendo muy bien, porque se está colando como ideología a veces dentro de la Iglesia, en la misma sociedad cubana, y nos está dividiendo", dijo. "El mal intentará una y otra vez dividirnos y lo digo sobre todo dentro de la iglesia", advirtió.

El sacerdote se refirió a las críticas de muchos fieles luego de que las autoridades vaticanas e italianas impidieran en octubre el ingreso a la Plaza San Pedro de un grupo de cubanos, que portando banderas buscaban pedir al Papa Francisco durante el rezo del Ángelus que se pronuncie e intervenga ante la difícil situación que viven.

Explicó que existen protocolos para ingresar a la Plaza San Pedro y que si bien "es triste" el mal manejo de las autoridades vaticanas y la policía italiana, que solo dejaron entrar a 50 cubanos y quitaron una bandera a un joven cubano que solo estaba arrodillado rezando, "no es bueno difamar al Papa ni a la Iglesia, ni [exigir] que la iglesia debe tomar asunto en esto. No es la actitud cristiana", dijo.

Concretamente, se expresó en contra de quienes por redes sociales comenzaron a "relacionar al Papa con el comunismo o con dictadores como Fidel Castro". "Yo respeto todas las opiniones, pero lo que sí deberíamos es cuidar a la Iglesia", subrayó.

En ese sentido recordó las palabras de Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), quien dijo: "Yo no puedo atacar a la Iglesia, porque no me puedo atacar a mí mismo".

Payá Sardiñas falleció el 22 de julio de 2012 luego que, según testimonios recogidos por el MCL, su auto fue embestido por un vehículo con placa del Gobierno cubano cuando se dirigía al oriente de la isla.

"No sé quién está orquestando esta división, pero sé que está el mal. Y nosotros los cristianos estamos perdiendo energías, fuerzas. Nosotros sabemos contra quién tenemos que luchar y es contra el mal y el mal tiene un rostro concreto en Cuba que es una dictadura, el mal", dijo. "Queridos hermanos, de verdad, dejémonos de enfrentamientos, eso no conduce a nada", agregó.

Para el P. Bladimir se trataría de otra "cortina de humo" más "para que nosotros perdamos y nos desenfoquemos del rumbo, y adonde tenemos que mirar ahora, que es el pueblo de Cuba. Cualquier discusión que nos aparte de luchar por la dignidad, derechos y porque Cuba sea diferente para el bien de todos, nos va a distraer, quitar energías y no nos va a hacer bien".

El P. Bladimir recordó que "los cristianos no somos de la 'dialéctica', que es el enfrentamiento, los bandos, las trincheras, […] que durante tantos años nos han querido imponer. Los cristianos somos 'dialógicos', somos del encuentro, y la reconciliación".

"Todos tenemos derecho de opinar", y "la libertad de expresión", pero "es importante que nos respetemos, que de una vez por todas dejemos de enfrentarnos entre cubanos", por el contrario, si algo nos une "que sea la caridad", dijo.

En ese sentido, llamó a que en "esa diversidad de criterios", procedencias, credos y opiniones políticas, "nos unamos y nos encontremos", pues "es hora de hacer una Cuba diferente", que no deje a nadie afuera. "Mientras sigamos peleándonos, no vamos a construir una Cuba en el amor, ni vivir reconciliados […] Que el testimonio de unidad venga desde dentro de la iglesia", aclaró.

Es hora de reenfocar la mirada al pueblo de Cuba, recordando que "la Iglesia ni triunfa con los aplausos, ni perece con los golpes". "La Iglesia no tiene que defenderse, el Espíritu Santo es quien conduce a la Iglesia, por tanto, por más que nosotros queramos acabar con la Iglesia, no va a ser posible", añadió.

"Todos estos improperios no van a acabar con la Iglesia y la Iglesia en Cuba tiene una misión" dentro y fuera de la isla, que es "ser orante, encarnada y misionera". Recordó que intentar reformar la Iglesia desde afuera no es católico, sino es seguir los pasos de Lutero; y que el camino es renovarla por dentro, sufriendo con la Iglesia, como Santa Teresa y San Francisco de Asís.

Ante las críticas que buscan comparar a los clérigos de la Iglesia en Cuba con los de Venezuela, y Nicaragua, que protestan o no públicamente ante sus dictaduras, el P. Navarro pidió "no discriminar al sacerdote que sale en Facebook o escribe un buen artículo en contra del comunismo", ni tampoco al que no lo hace, porque eso es generar división.

Advirtió que "no todos tienen la vocación de Mons. Romero, ni todo el mundo tiene que martirizarse o ir a la convocatoria del 15 de noviembre. Tengamos mucho cuidado con eso"; y recordó que la misión de ser profeta es de todos los bautizados y que eso consiste en primero "anunciar que Dios es bueno"; y segundo, "denunciar el mal".

"Lo primero en Cuba es llevar al hombre a Jesucristo, pues este encuentro con Jesús sana al hombre, a ese sujeto moral que está dañado, le devuelve la dignidad, levanta al caído, y le da la posibilidad de seguir hacia adelante", dijo y destacó la labor de caridad de la Iglesia en Cuba.

"Los sacerdotes y las religiosas en Cuba siguen acompañando al pueblo cubano, trabajando con ese sujeto moral dañado, siguen restaurándoles, orando con ellos, haciendo un papel maravilloso de caridad en sus comunidades pequeñitas, a veces con problemas económicos o desesperanza al ver cómo se está cayendo todo alrededor, pero siguen haciendo su trabajo", señaló.

El sacerdote reconoció que si bien muchos "quisiéramos que hablaran más los obispos" o que "el Papa diga más sobre Cuba", y que "la Iglesia cubana muchas veces ha dejado solos a los laicos que se han comprometido con política", cada uno "es profeta a su manera".

Señaló que los laicos también pueden hacer política "sin tener la promoción de su obispo", pues "para eso está el laico en la sociedad, para hacer lío"; y pidió no dejar solos a los sacerdotes que se pronuncian públicamente contra el comunismo. "No los tildemos de 'locos', o porque ellos son 'progre', porque ahí también el mal puede estar actuando", dijo.

Luego, el P. Navarro se dirigió a las familias cubanas y las animó a caminar juntos en sinodalidad, siguiendo el llamado del Papa Francisco. "El mal va a atacar a la familia para desvincularla, para separarla. Ojalá que las familias cubanas vuelvan a ser el hogar, el nido donde se enseñen los valores, la fe, el amor a la patria", dijo.

Que sean "donde se sane ese sujeto moral que está muy dañado, se recupere a ese cubano con dignidad y con derechos, y se enseñe la conciencia social. Ojalá que las familias cubanas sean la escuela de todo eso y que no nos vengan a enseñar fuera una ideología de género, o una ideología marxista lo que tienen que ser nuestras familias, nuestros hijos", agregó.

Al respecto, dijo que la Iglesia es quien tiene el rol de enseñar esto a las familias. "Por eso llamó a la Pastoral Familiar en Cuba a renovarse en este camino sinodal, para que enseñando a la iglesia, la familia pueda enseñar a sus miembros una unidad".

"Que esta bendición llegue al pueblo cubano, a todos los que nos están escuchando, a los que están sufriendo las prisiones en Cuba por los asilos políticos, a los que están desterrados de Cuba por querer luchar por una Cuba diferente, a los enfermos que están en Cuba, a todos nuestros sacerdotes, laicos, religiosas nuestros obispos, al Papa Francisco que nos pide que recemos por él, a todos los cubanos en el mundo entero y que nos bendiga Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén. A Jesús, por María, la caridad nos une", concluyó.

 

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