Paul Yun Ji-Chung, quien junto a sus 123 compañeros mártires fueron beatificados hoy por el Papa Francisco en Corea, fue condenado a muerte junto a su primo por rechazar los ritos ancestrales confucianos y por no delatar a otros católicos.
Paul nació en 1759 en una familia noble de Janggu-dong, Jinsan, Jeolla. Fue hermano mayor de Francis Yun Ji-heon, quien fue martirizado en Jeonju durante la persecución de Shinyu de 1801.
Siendo inteligente y confiable, se dedicó a estudiar desde pequeño y en este contexto conoció la fe católica por medio de un familiar.