Sin embargo, Akash, que también se desempeñaba como guardia de seguridad, advirtió la carga de explosivos y frenó al atacante cerca de la puerta de la iglesia, para segundos después, a ver que sus intentos por disuadirlo eran en vano, abrazarlo y poner su cuerpo como escudo en el momento que el terrorista hizo estallar el artefacto, informó la agencia salesiana ANS.
Minutos después otro atentado ocurrió en una iglesia protestante cercana. El balance general fue de 17 muertos y cerca de 80 heridos. Ambos ataques fueron reivindicados por el grupo Jamaat-ul-Ahrar (JuA). Fuentes salesianas indicaron que de no ser por el sacrificio de Bashir –antiguo alumno de la escuela profesional salesiana de este barrio-, el número de víctimas habría sido mayor, "como pretendían los terroristas".
Según se informó, el clima de tensión e inseguridad no cesa en la ciudad. Después de los funerales, algunas manifestaciones han degenerado en violencia. En las calles "se viven escenas de violencia salvaje y vandalismo, que a duras penas han podido ser controladas por las fuerzas militares especiales", ha indicado la citada agencia. "Estas manifestaciones violentas están haciendo ahora más precaria la seguridad de los cristianos", ha añadido.