Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba en España, habla en su carta semanal sobre la importancia de la misión del cristiano en el mundo que es similar a la de la sal.
"Es, por tanto, dar sabor y buen gusto a todo lo bueno que hay en el mundo. Es tarea suya preservar lo bueno sin que se estropee nunca. Jesucristo no ha venido a quitarnos nada bueno, sino a darle sabor, para que pregustemos la vida que no acaba junto a Él para siempre", explica el Prelado.
"Nada hay más inútil que una sal desvirtuada. ¿Qué hace un cristiano cuando se acomoda al mundo en el que vive? Se mundaniza, pierde su vigor original, no sirve como cristiano".