Un obispo estadounidense alentó a los fieles a rezar por los heridos y fallecidos en el incendio ocurrido el 28 de diciembre en el Bronx, Nueva York, en el que murieron doce personas.
Al menos cuatro de las víctimas eran niños. Tres tenían menos de 10 años.
El incendio, que afectó a un edificio de departamentos en el Bronx, fue originado por un niño de tres años que jugaba con una estufa. El siniestro ha sido considerado como el más grave ocurrido desde el año 1990.