Asesinado por ser sacerdote, acusado falsamente de espía fascista, condenado al olvido durante décadas. En definitiva: mártir de la fe. El joven sacerdote italiano Don Tiso Galletti murió acribillado la tarde del 18 de mayo de 1945 por partisanos comunistas que pretendían imponer en Italia un gobierno satélite de la Unión Soviética.
Como ocurrió en otros lugares de Europa en los años 30 y 40 del siglo XX, para lograr sus objetivos políticos los miembros del Partido Comunista, y en concreto del Grupo de Acción Patriótica, no dudaron en emprender una oleada de asesinatos contra opositores políticos, entre los que incluyeron a sacerdotes católicos, religiosos y fieles laicos.
Entre los años 1944 y 1946 se calcula que 130 sacerdotes católicos murieron asesinados a manos de partisanos comunistas por odio a la fe.