"¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo!", expresó este sábado el Papa Francisco a los cerca de tres millones de peregrinos que llenaron la playa de Copacabana para asistir a la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), y los exhortó a "jugar siempre adelante", siendo auténticos atletas de Cristo y piedras vivas de una Iglesia que acoja a toda la humanidad.

Durante la Vigilia, el Santo Padre escuchó atentamente el testimonio de conversión de tres jóvenes que pasaron por momentos difíciles, así como un joven sacerdote que relató la historia de su vocación y su labor misionera.

Al dirigirse a los tres millones de jóvenes, el Papa trajo a la memoria la historia de San Francisco de Asís, a quien Cristo le pide "reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra", sino de contribuir a la vida de la Iglesia, sirviéndola, "amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo".

En ese sentido, el Papa les aseguró que Cristo "sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia" para que sean misioneros. "¿Cómo? ¿De qué manera? A partir del nombre del lugar donde nos encontramos, Campus Fidei, Campo de Fe".

"El verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida", afirmó en ese sentido el Santo Padre, que recordó la parábola del sembrador y exhortó a los jóvenes a dejar "que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca".

Sin embargo, les preguntó qué tipo de terreno quieren ser. "Quizás somos a veces como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos; o como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor".

"Sin embargo –afirmó-, estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no 'almidonados', de fachada, sino auténticos".

En ese sentido, el Papa dijo que Jesús les pide seguirle toda la vida y "que 'juguemos en su equipo'.

"Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor", afirmó.

Francisco recordó que en su Carta a los Corintios, San Pablo señala que mientras los atletas se preparan "para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible". "¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna".

Sin embargo, indicó, el Apóstol pide entrenar "para 'estar en forma', para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. ¿Cómo? A través del diálogo con él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. A través de los sacramentos (…) y del amor fraterno".

Finalmente, los invitó a levantar los ojos hacia la Virgen. "Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su 'sí' a Dios: 'Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho'. Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea".