Además, a los que participaron en el ritual entregaron un papel titulado "desbautismo" (por el que cobraban 10 dólares) donde se detalla que "se han roto todos los lazos de servidumbre, se ha restaurado el poder y la capacidad de acción. Tú mismo eres tu amo. salve satanás".
Según señaló el sacerdote, "en los últimos años ha aumentado considerablemente el número de personas que abandonando al Dios verdadero se echan en brazos de Satanás".
Asimismo, explicó que "ha aumentado exponencialmente el número de sectas satánicas y de personas que abrazan el culto al demonio porque, como dicen ellos mismos, son una afirmación de su independencia de Dios y su autoafirmación de su propia voluntad".
"Satanismo y paganismo, que son caras de una misma moneda, abrazan las nuevas corrientes agrupadas en torno a la llamada ideología queer porque son la última afrenta contra el dogma del Dios creador".
"Para ellos, Dios no puede ser ni creador ni omnipotente puesto que yo puedo redefinir mi sexualidad (ideología de género y transexualidad), con quién me quiero acostar y tener relaciones sexuales (agenda LGTBQ+), decidir sobre la vida y la muerte (aborto y eutanasia), etc", dijo el sacerdote.
"Entregarse libre y positivamente al demonio crea un pacto con el que es muy difícil romper porque Satanás reclamará siempre su presa. Ese pacto permite al demonio un dominio despótico sobre la persona que, a menos que Dios lo impida, puede llegar a la posesión" advirtió el sacerdote.
Por último, defendió que "este tipo de actos satánicos debe servirnos para estar alerta y comprobar que el diablo está hoy más activo que nunca; y que la Iglesia debe emplear sus fuerzas espirituales formando a cristianos y a pastores en la lucha contra el mal. La adoración y la reparación son hoy más necesarias que nunca".
Cabe destacar que un grupo de católicos de Texas se reunieron en oración días antes de que diera comienzo el evento satánico.