El Parlamento del estado australiano de Queensland aprobó el martes 8 de septiembre una ley que exige a los sacerdotes violar el secreto confesión para denunciar casos conocidos o presuntos de abuso sexual infantil, o podrían enfrentar tres años de cárcel.
Las leyes de Queensland "crean un nuevo delito de no informar y no proteger a un niño del abuso sexual infantil institucional. Las nuevas leyes también aclaran que los sacerdotes no podrán confiar en el secreto de confesión para evitar denunciar abusos", dijo la ministra de justicia de Queensland, Yvette D'Ath, según informó The Guardian.
El diputado Stephen Andrew dijo que se sentó un precedente peligroso para los líderes religiosos.