Un pequeño cuadro de 25,8 por 20,3 centímetros que colgaba cerca de la cocina de una anciana en Francia, resultó ser una obra del siglo XIII del pintor italiano Cimabue con un valor estimado entre cuatro y seis millones de euros.
El cuadro del pintor prerrenacentista se encontraba en una casa de la localidad de Compiegne, al norte de París (Francia) y representa a "El Cristo burlado". La obra, realizada sobre madera de álamo, formaba parte de una serie de paneles en los que Cimabue plasmó escenas de la pasión de Jesús.