El 1 de noviembre entró en vigor en el estado de Australia Occidental una ley que obliga a los sacerdotes católicos a violar el secreto de confesión si es que en el sacramento reciben información sobre abuso sexual de menores.
La norma, que se extiende a todos los ministros de culto de otras religiones, es parte de las nuevas leyes introducidas por el gobierno de Mark McGowan, primer ministro de Australia Occidental desde 2017.
Según informa el diario de la Arquidiócesis de Sydney, Catholic Weekly, no reportar un abuso sexual del que tengan información en la confesión, los hará responsables penalmente.