La Santa Sede publicó este sábado 31 de diciembre el testamento espiritual que dejó Benedicto XVI. A continuación, el texto completo:
Si en esta hora tardía de mi vida miro hacia atrás y repaso las décadas por las que he pasado, veo en primer lugar cuántas razones tengo para dar gracias. En primer lugar, doy gracias a Dios mismo, dador de todo bien, que me dio la vida y me guió en diversos momentos de confusión; siempre me levantó cuando empecé a resbalar y siempre me devolvió la luz de su semblante.
En retrospectiva veo y comprendo que, incluso los tramos oscuros y agotadores de este viaje, fueron para mi salvación y que fue en ellos donde Él me guió bien. Doy las gracias a mis padres, que me dieron la vida en una época difícil y que, a costa de grandes sacrificios, con su amor me prepararon una magnífica morada que, como una luz clara, ilumina todos mis días hasta el día de hoy.