Como cada año en la víspera de la festividad de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco recibió en audiencia a una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y subrayó que todos los cristianos deben ayudar a los que más lo necesitan.
Francisco recordó que este año se celebra en la Iglesia el Jubileo de la Misericordia y exhortó a compartir "las maravillas de la misericordia de Dios al mundo entero». «La misericordia misma nos libera del peso de un pasado marcado por conflictos y nos permite abrirnos al futuro, hacia el cual nos guía el Espíritu Santo", aseguró.
En el discurso que pronunció, el Pontífice también recordó el viaje a la isla griega de Lesbos y el encuentro con el Patriarca Ecuménico Bartolomé, y el Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, Jerónimo II, al visitar un campo de refugiados.