"Ellos tienen derecho al anuncio del Evangelio, sobre todo a ese primer anuncio que se llama kerygma y que 'es el anuncio principal, ese que siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y ese que siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra'".
En ese sentido, el Papa habló también de la inculturación de la fe. Recordó las enseñanzas de San Juan Pablo II, quien dirigiéndose a los indígenas del continente americano recordó que "una fe que no se haga cultura es una fe no plenamente acogida, no totalmente pensada, no fielmente vivida".
"Ciertamente hay que valorar esa mística indígena de la interconexión e interdependencia de todo lo creado, mística de gratuidad que ama la vida como don, mística de admiración sagrada ante la naturaleza que nos desborda con tanta vida".
No obstante, "también se trata de lograr que esta relación con Dios presente en el cosmos se convierta, cada vez más, en la relación personal con un Tú que sostiene la propia realidad y quiere darle un sentido, un Tú que nos conoce y nos ama".
Sobre los símbolos indígenas y su presencia en la liturgia católica, explicó que "es posible recoger de alguna manera un símbolo indígena sin calificarlo necesariamente de idolatría. Un mito cargado de sentido espiritual puede ser aprovechado, y no siempre considerado un error pagano. Algunas fiestas religiosas contienen un significado sagrado y son espacios de reencuentro y de fraternidad, aunque se requiera un lento proceso de purificación o de maduración".
Sacerdocio
Sobre el sacerdocio, en la Exhortación el Papa recordó que el carácter exclusivo recibido en el Orden capacita únicamente al sacerdote "para presidir la Eucaristía. Esa es su función específica, principal e indelegable".
Por ello, exhortó a encontrar "un modo de asegurar ese ministerio sacerdotal" en las selvas y lugares más remotos de la Amazonia.
Para ayudar al sacerdote, recordó que los laicos "podrán anunciar la Palabra, enseñar, organizar sus comunidades, celebrar algunos sacramentos, buscar distintos cauces para la piedad popular y desarrollar la multitud de dones que el Espíritu derrama en ellos".
Pero esas funciones de los laicos no implican que no se necesiten sacerdotes: "Necesitan la celebración de la Eucaristía porque ella 'hace la Iglesia'".
El Papa exhortó a los Obispos, en particular a los de América Latina, "a promover la oración por las vocaciones sacerdotales", pero también "a ser más generosos, orientando a los que muestran vocación misionera para que opten por la Amazonia".
Esa necesidad de sacerdotes "no excluye que ordinariamente los diáconos permanentes, que deberían ser muchos más en la Amazonia, las religiosas y los mismos laicos asuman responsabilidades importantes para el crecimiento de las comunidades y que maduren en el ejercicio de esas funciones gracias a un acompañamiento adecuado". El objetivo, aclaró Francisco, es "provocar una nueva vida en las comunidades".
El papel de la mujer
Sobre el papel de la mujer, recordó que las mujeres "desempeñan un papel central en las comunidades amazónicas", y aseguró que en una Iglesia sinodal "deberían poder acceder a funciones e incluso a servicios eclesiales que no requieren el Orden sagrado y permitan expresar mejor su lugar propio".
Y aclaró que "estos servicios implican una estabilidad, un reconocimiento público y el envío por parte del obispo".
Puede leer el texto completo de la exhortación apostólica postsinodal "Querida Amazonia" del Papa Francisco AQUÍ.