El Papa Francisco recordó la importancia que tienen para la Iglesia los consagrados y consagradas, que viven a contracorriente en un mundo que "rechaza fácilmente la pobreza, la castidad y la obediencia". "Sois el amanecer de la Iglesia", aseguró.
El Santo Padre ofreció esta enseñanza en la homilía de la Misa que presidió este viernes 2 de febrero en la Basílica de San Pedro del Vaticano, con motivo de la Fiesta de la Presentación del Señor y de la XXII Jornada Mundial de la Vida Consagrada.
A la celebración, que comenzó con la bendición de las velas y la procesión solemne, asistieron miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades de Vida Apostólica.