Tras beatificar a los 7 Obispos greco-católicos mártires asesinados por el régimen comunista entre 1950 y 1970, el Papa Francisco participó en uno de los eventos más esperados de su viaje apostólico a Rumanía: la visita a la comunidad "rom" de Blaj este domingo 2 de junio.
El encuentro tuvo lugar en la nueva iglesia de San Andrés Apóstol. A su llegada, una familia y algunos niños recibieron al Pontífice y le hicieron entrega de un ramo de flores que el Santo Padre ofreció a la Virgen.
En la iglesia se habían congregado alrededor de 60 personas. Ya en el interior del templo, Francisco escuchó el testimonio de un sacerdote greco-católico de etnia "rom" y saludó a los niños del coro. A continuación, pronunció un discurso.