Durante casi una década Abby Johnson trabajó para la industria del aborto. Sin embargo, los latidos del corazón de un bebé durante uno de estos procedimientos en los que participó, en la clínica de la que era directora, cambiaron su vida para siempre.
"Los abortos se realizan 'a ciegas', por lo que el médico no ve lo que está sucediendo. Pero un médico nuevo quería implantar un sistema nuevo con ultrasonidos y me pidió que lo viera. Tenía que sujetar el aparato sobre el vientre de la madre y fue entonces cuando vi un bebé de 13 semanas que luchaba por su vida mientras que se le estaba abortando", dice en entrevista concedida a ACI Prensa.
Abby asegura que a pesar de que había crecido en un ambiente pro vida, en su familia nunca se habían sentado a hablar sobre el aborto y sus consecuencias, por eso cuando una mujer le ofreció trabajar en Planned Parenthood como voluntaria durante los años de Universidad, a ella le pareció que "estaba haciendo un bien a esas chicas que abortaban", porque "no tenía mucha formación sobre ese tema".