"Un buen papá trata siempre de enseñarle a su hijo lo que éste aún no sabe, lo corrige cuando comete un error, orienta su corazón a lo más noble y digno, lo protege y le advierte de los peligros, levanta su ánimo ante las dificultades y fracasos, y todo ello lo hace con cercanía, afecto, paciencia y con una firmeza que no humilla", añadió.
"Querido papá: ama con ternura y fidelidad a tu esposa, porque amar a la madre de tus hijos es lo mejor que un padre puede hacer por ellos. Los hijos al ver el amor estable entre papá y mamá, crecen con seguridad y se proyectan a la vida con confianza".
El Arzobispo peruano hizo además un llamado a las familias cristianas y católicas "para que Jesús esté en el centro de la vida familiar. De esta manera el amor alimentará las relaciones familiares y el hogar conseguirá del Señor Jesús la esperanza y la fuerza para el camino de la vida diaria".