6 de abril de 2016 / 06:03 PM
Una característica unifica las historias de todos los santos y es que Dios siempre está unido a ellos incluso en las circunstancias más difíciles. Este principio se demuestra con el martirio del Beato Franz Jagerstatter, un padre de familia que murió mártir durante la ocupación nazi de Austria.
Franz nació en un pequeño pueblo de Alta Austria, fue agricultor y se casó con Franziska Schwaninger el Jueves Santo de 1936. Su esposa era una mujer muy devota y por su influencia se convirtió en el sacristán de la iglesia del pueblo, donde empezó a memorizar la Biblia y conocer la vida de los santos.
En 1938, cerca del día del nacimiento de la mayor de sus tres hijas, los alemanes invadieron Austria en el marco de la Segunda Guerra Mundial.