El segundo pilar de la libertad es la verdad. Recordemos que el primer pilar era el don, el don del Señor, la libertad es un don del Señor. El segundo es la verdad. También en este caso es necesario recordar que la verdad de la fe no es una teoría abstracta, sino la realidad de Cristo vivo, que toca directamente el sentido cotidiano y general de la vida personal. ¡Cuánta gente que no ha estudiado, que no sabe leer ni escribir, pero ha entendido bien el mensaje de Cristo tiene esta sabiduría que los hace libres, sin estudios, pero es la sabiduría de Cristo que ha entrado a través del Espíritu Santo por el Bautismo! ¡Cuántos humildes, cuánta gente encontramos que vive la sabiduría de Cristo, más que grandes teólogos, por ejemplo, que son un testimonio grande de la libertad del Evangelio! ¿no?
La libertad hace libres en la medida en la que transforma la vida de una persona y la orienta hacia el bien. Para ser realmente libres necesitamos no solo conocernos a nosotros mismos, a nivel psicológico, está allí en el corazón, pero sobre todo hacer verdad en nosotros mismos, a un nivel más profundo. Y ahí, en el corazón, abrirnos a la gracia de Cristo. La verdad nos debe inquietar, volvemos a esta palabra tan tan cristiana la 'inquietud'. Nosotros sabemos que hay cristianos que nunca, nunca se inquietan, viven siempre iguales, no hay movimiento en su corazón, falta la inquietud ¿por qué? porque la inquietud es señal que está trabajando el Espíritu Santo dentro de nosotros y la libertad es una libertad activa con la gracia del Espíritu Santo, por esto digo que la libertad nos debe inquietar, nos debe plantear continuamente preguntas, para que podamos ir siempre más al fondo de lo que realmente somos.
Descubrimos de esta manera que el de la verdad y la libertad es un camino fatigoso que dura toda la vida. Es fatigoso permanecer libres, es fatigoso, pero no es imposible. Ánimo, vamos hacia adelante con esto, nos hará bien. Es un camino en el que nos guía y nos sostiene el Amor que viene de la Cruz: el Amor que nos revela la verdad y nos dona la libertad. Y este es el camino de la felicidad. La libertad nos hace libres, nos hace alegres, nos hace felices. Gracias.