5 de mayo de 2015 / 11:38 AM
El Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, concluyó su visita de cinco días a Irak adonde llevó la bendición del Papa Francisco a los cristianos iraquíes y se hizo portavoz del agradecimiento a las autoridades por su labor a favor de las minorías y de cuantos sufren a causa de la violencia de los terroristas musulmanes del Estado Islámico.
En su último discurso ante los obispos en Erbil, el Cardenal habló de los "signos de luz" que había visto en las Iglesias de Irak a lo largo de su visita: "la liturgia, los cantos, la entrega a María pero también el esplendor de la caridad, con las obras ordinarias y con las relacionadas con las diferentes formas de acogida y asistencia pastoral a los desplazados y los perseguidos".
"Vi con mis propios ojos la dedicación heroica de tantos sacerdotes que son realmente buenos pastores, que no se escapan y se quedan al lado de su rebaño; estoy emocionado por la profunda comunión que anticipa cualquier discusión teológica, aunque sea necesaria, y cada acuerdo ecuménico; cuando sacerdotes de diferentes iglesias cristianas se estiman y organizan junto con los laicos actividades de asistencia para las personas desplazadas o se encargan de la formación en las escuelas y parroquias".