La Santa Sede difundió este martes 22 de mayo el balance anual 2017 del Instituto para las Obras de Religión (IOR), también conocido como Banco Vaticano, en el que se pone de relieve los esfuerzos para asegurar que todas las inversiones se realicen en coherencia con la ética católica.
El balance fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Superintendencia del IOR el 24 de abril y destaca que a lo largo del 2017 el IOR continuó con su política de prudencia en el suministro de servicios financieros a la Iglesia Católica y al Estado de la Ciudad del Vaticano.
Entre los puntos destacados del informe, subrayados por la Santa Sede en un comunicado de prensa, se recoge que el Instituto ofreció sus servicios a alrededor de 15.000 clientes, lo que representa cerca de 5 billones 300 mil euros de recursos financieros, de los cuales, 3 billones 500 mil están relacionados con la administración y custodia de activos.