Arzobispo exiliado de Bielorrusia: No permitamos la “cuarentena espiritual” en Navidad

Arzobispo exiliado de Bielorrusia: No permitamos la “cuarentena espiritual” en Navidad
Mons. Mogilev Tadeusz Kondrusiewicz, Arzobispo de Minsk-Mogilev y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Bielorrusia / Crédito: Cortesía de Catholic.by - Fotografía de Vitaly Palinevsky

El presidente del episcopado de Bielorrusia, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, que se encuentra exiliado de su país natal desde agosto, envió un mensaje a los fieles y al clero por Navidad, en el que pide no ceder ante ninguna presión política que los aleje o "aisle" de Jesús.

En su carta pastoral para la Navidad 2020, el también Arzobispo de Minsk-Mohilev reflexionó: "La palabra del año se elige anualmente. Este año, durante la pandemia de coronavirus, la líder fue la palabra inglesa lockdown, que significa 'cuarentena', es decir, aislamiento. Ésta es necesaria para sanar y mantener la salud física. Sin embargo, al mismo tiempo no podemos aislarnos de Cristo y Su Evangelio". 

"Por tanto, no debemos permitir la 'cuarentena' espiritual, que significa el aislamiento de Cristo, que nace en nuestros corazones a través del ministerio de la Iglesia", exhortó el prelado.

Mons. Kondrusiewicz subrayó que "necesitamos hacer lugar para Jesús", quien "viene en las Sagradas Escrituras, la Eucaristía y otros sacramentos y llama".

"Él se inclina y nos pide que le permitamos entrar en los lugares más inmorales de este mundo y de nuestras vidas. ¿Qué le impide entrar? ¿Qué te impide reconocer a Jesús y abrirle la puerta de par en par? Hoy debemos responder a estas y otras preguntas similares", reflexionó.

En caso de que ya se hayan "abierto las puertas de nuestro corazón durante el Adviento", pidió que "lo glorificaremos y le pidamos que nos ayude a abrirlas aún más". 

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"Le daremos un lugar en nuestras almas para ser hijos de Dios. Si aceptamos este regalo de la Natividad del Hijo de Dios y le damos más espacio en nuestros corazones, entonces Él nos transformará y, a través de nosotros, este mundo pecaminoso", aseguró.

Mons. Kondrusiewicz escribió que "la fiesta de la Natividad es una fiesta del don de Dios de ser hijos de Dios, que recibimos de un Dios humilde". "Jesús llama, ábrele", subrayó.

El prelado también aprovechó el mensaje para recordar a su patria, Bielorrusia. Dijo que es "muy importante" abrir las puertas del corazón a Jesús, porque el país "está experimentando una crisis sociopolítica sin precedentes que ha estado ocurriendo durante cinco meses".

"Entre las muchas respuestas ofrecidas por políticos, economistas y personajes públicos, es importante señalar que la principal causa de la crisis es la ausencia en nuestro corazón de Jesús con su ley de amar a Dios y al prójimo, de perdonar, incluso a sus enemigos, ser justos", agregó.

En ese contexto, exhortó a "construir nuestra Patria como una civilización de vida y amor". "No podremos hacer esto con odio y violencia, sino con amor mutuo, porque no podemos abusar de nosotros mismos".

"Demos lugar a Jesús, para que por su gracia nazca en nuestros corazones, para que se conviertan en el Belén del siglo XXI, y seamos hijos de Dios, a quien él cuida y protege de las epidemias de virus tanto físicos como pecaminosos. amor y respeto mutuo", añadió el Arzobispo de Minsk.

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Finalmente, exclamó: "¡Queridos hermanos y hermanas! ¡Felicitaciones por Navidad! ¡Felicitaciones a mis compañeros católicos y otros cristianos que lo celebran hoy! ¡Felicitaciones a los hermanos y hermanas ortodoxos que en dos semanas experimentarán la alegría de la verdad de la Encarnación! ¡Felicitaciones a todas las personas de buena voluntad!".

"¡Gozoso, lleno de gracia y paz del recién nacido Salvador de las fiestas de la Natividad de Cristo y feliz Año Nuevo!", concluyó Mons. Kondrusiewicz.

Crisis sociopolítica en Bielorrusia

La crisis en Bielorrusia comenzó el 9 de agosto cuando el presidente Aleksander Lukashenko resultó elegido en unas elecciones presuntamente manipuladas. Lukashenko es presidente de Bielorrusia desde 1994, tres años después de que el país declaró su independencia de la extinta Unión Soviética.

Su Gobierno inició una deriva autoritaria que busca restringir aún más las libertades ciudadanas para ahogar los grupos de protesta. En esa estrategia, ha iniciado también una campaña contra las autoridades religiosas y, en particular, de la Iglesia católica en el país.

Lukashenko incluso amenazó con nacionalizar la Iglesia católica en el país. Por el momento, ya ha alejado al presidente de los Obispos.

Mons. Kondrusiewicz, se encuentra exiliado desde el pasado 31 de agosto, después de que la policía le impidiera volver al país tras haber estado en Polonia para participar en una celebración litúrgica. Previo a su exilio, el prelado se había pronunciado en defensa de los manifestantes que protestaban contra la nueva reelección de Lukashenko.

Desde el inicio de la crisis, la diplomacia vaticana no ha dejado de realizar esfuerzos para permitir el regreso de Mons. Kondrusiewicz, lograr que se respete el derecho a la libertad religiosa y los demás derechos humanos y favorecer el diálogo con la oposición.

El 17 de diciembre, el Papa Francisco dio un paso más y trasladó directamente su "preocupación" por la situación del país a Lukashenko por medio de un emisario.

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