"El Papa Francisco dijo aquí en Trujillo que cuando uno tiene una vocación, la vocación siempre la recibe en la vida. Por eso es que en el Evangelio de Juan se dice, fuimos, vimos dónde vivía, eran algo así como las 4 de la tarde. Es un hecho de vida que recuerda que eran las 4 de la tarde", dijo Mons. Castillo.
Luego, recordó el Prelado, el Papa agregó: "Las veces que nos olvidamos de esta hora, nos olvidamos de nuestros orígenes, de nuestras raíces; al perder estas coordenadas fundamentales dejamos de lado lo más valioso que un consagrado puede tener: la mirada del Señor: 'No padre, yo lo miro al Señor en el sagrario'- Está bien, eso está bien pero sentáte un rato y dejáte mirar y recordá las veces que te miró y te está mirando. Dejáte mirar por él. Lo dice en argentino, ¿no? Es de lo más valioso que un consagrado tiene: la mirada del Señor. Quizá no estás contento con ese lugar donde te encontró el Señor, quizá no se adecúa a una situación ideal que te 'hubiese gustado más'. Pero fue ahí donde te encontró y te curó las heridas. Cada uno de nosotros conoce el dónde y el cuándo: quizás un tiempo de situaciones complejas, sí; con situaciones dolorosas, sí; pero ahí te encontró el Dios de la Vida para hacerte testigo de su Vida, para hacerte parte de su misión y ser, con Él, ser caricia de Dios para tantos. Nos hace bien recordar nuestras vocaciones como un llamado de amor para amar, para servir. No para sacar tajada para nosotros mismos".
"¿Qué es lo que (el Papa) está diciendo? Que siempre el encuentro primero de la vocación y los sucesivos encuentros kerigmáticos son en la vida y en situaciones muchas veces terribles, y a veces también muy bonitas, pero no son, digamos, en un momento en el que yo estoy a solas y hay una especie de mirada de la hostia a mí, o de yo a la hostia", indicó luego el Arzobispo de Lima.
"Y en eso tenemos que tener en cuenta una cosa que es muy importante: todo lo que es sacramentos son signos que ha dejado el Señor para recordar la vida y para vivir más hondamente la vida, para alimentar la vida, pero no para sustituirla", continuó.